3001 Odisea Final

Bueno, tras un pequeño parón provocado por una adicción casi enfermiza al Just Cause 2, es hora de zanjar una saga que ha acompañado al blog desde el mismo momento de su nacimiento y que parecía olvidada ya, la tetralogía más famosa de Arthur C. Clarke, con el capítulo que le pone punto y final a la misma: 3001 Odisea Final. Obviamente, sólo se va a reseñar la version de papel, pues si no existe película de 2061, menos aún existe de 3001.

3001 nos sitúa en un futuro lejano de los acontecimientos que se desarrollaron en la anterior entrega, lo suficiente como para hacer un borrón total en los personajes y recomenzar de cero, en una Tierra cuya sociedad ha evolucionado enormemente, desarrollando una tecnología tal que permite el intercambio de pensamientos entre cerebros humanos y ordenadores mediante cascos fabricados a tal efecto. En éste futuro, la humanidad ha colonizado y terraformado otros planetas para extender su progenie, como es el caso de Venus y prosigue con la conquista del espacio, hasta entonces la última frontera, todo ello gracias a la puerta que abrió la construcción de Star City, una estructura que rodea a la Tierra en órbita geoestacionaria por el ecuador como si de uno de los anillos de Saturno se tratase, sostenida por cuatro pilares. Ésta sociedad vive en una utopía de paz y prosperidad como nunca antes ha conocido la especie humana.

Recreación artística de un "ascensor orbital" similar a los mostrados en el libro

En éste marco, la nave Goliath recibe el encargo de rescatar un pequeño objeto de no más de dos metros de largo que flota a la deriva en rumbo de escape del sistema solar, cuando la nave está lo suficientemente cerca del objeto, su capitán apenas si puede creer lo que está viendo, pues no es sino Frank Poole, uno de los cosmonautas que perdió la vida en el incidente de Hal en la cosmonave Descubrimiento, mil años atrás. Afortunadamente, el vacío del espacio y la extremadamente bajas temperaturas a las que ha estado expuesto han conservado su cuerpo, por lo que, empleándo la tecnología de la época, se puede hacer una "resurrección" del señor Poole.

Una vez despierto, Frank Poole debe acostumbrarse a vivír en un mundo que no conoce sin nadie que le conozca más que por ser una de las víctimas del errático comportamiento de una computadora demente que forma parte de los libros de historia. Pasado algún tiempo, Frank consigue contactar con Dave Bowman, cuya conciencia se ha fusionado con Hal en un único ente que recibe el nombre de Halman. Halman le cuenta todo lo ocurrido con las misiones de la Descubrimiento, la Leonov y la Galaxy, y le pone al corriente de la situación del monolito y de qué es en realidad: una herramienta de comunicación con cierta capacidad de actuación para asegurar la evolución de las especies dominantes de la Tierra.

Sin embargo, ésto le revela algo escalofriante, si el monolito es una herramienta de comunicación, el TMA-1 descubierto en la Luna 1000 años atrás envió una señal con la información recolectada a un punto situado a 450 años luz de la Tierra, con lo que la respuesta está muy próxima de regresar al punto de origen. La mala noticia es que la señal la envió habiendo recolectado únicamente información del siglo más violento de la raza humana, conocido por la sociedad de 3001 como el Siglo de la Tortura, con lo cual el juicio que realizarán los dueños del monolito puede ser muy desfavorable para la humanidad, llevándla incluso a su extinción como ya ocurriera en 2010 con las criaturas de Júpiter al convertirlo en el segundo Sol, Lucifer.

Y efectivamente, el monolito comienza a actuar de nuevo...

Sin duda, 3001 es el libro que más difiere con respecto de los otros tres de la cuatrilogía, pues además de perder algo del punto de aventura espacial que tenían los tres anteriores y de obviar por completo la figura de los Floyd (normal por otro lado si tenemos en cuenta los años que transcurren), se personifica al monolito en lugar de dejarlo como un mero observador misterioso, con lo que pierde ese toque de misterio e incluso romanticismo místico que tiene. No obstante, resulta tremendamente interesante leer éste título simplemente por la utópica sociedad retratada por Arthur C. Clarke y por ponerle punto y final a una de las mejores obras de ciencia ficción concebidas, inspiradora de mil y un trabajos posteriores y claro referente del género.

La verdad es que en el fondo me da pena cerrar ésta saga, quizá por eso inconscientemente haya retrasado la publicación de la reseña.